La pandemia de COVID-19 ha tenido una rapidísima expansión. En la actualidad se han detectado más de 3,5 millones de casos y se estima alrededor de 250.000 muertes en el mundo. Las superficies contaminadas, también conocidas como fómites constituyen un vector de transmisión junto con la vía aérea persona a persona. Detectar la presencia del virus responsable de esta pandemia sin precedentes (SARS-CoV-2) en las superficies, constituye una herramienta básica a la hora de verificar la eficacia de las medidas adoptadas para prevenir la extensión de la enfermedad y retomar las actividades industriales, comerciales y recreativas dentro de la llamada “nueva normalidad”. Para ello, AINIA pone a disposición de sus clientes los ensayos de detección de SARS-CoV-2 en superficies y aguas.
COVID-19 es una enfermedad infecciosa producida por el virus SARS-CoV-2. El mecanismo de propagación de la infección es persona a persona, mediante la contaminación aérea por gotículas portadoras del virus expelidas al toser el individuo infectado, o mediando una superficie previamente contaminada (fómite) al ser esta tocada por las manos de un individuo que posteriormente se las lleva a sus ojos, boca o nariz.
El control de la presencia de SARS-CoV-2 en superficies es una herramienta eficaz para el control de la contaminación en los entornos industriales, comerciales y recreativos, así como para evaluar la eficacia de las medidas tomadas con el fin de limitar la propagación del mismo.
Actividades prioritarias
Nos referimos a actividades prioritarias como aquellas que así se definieron en la fase más restrictiva del cese de la actividad laboral en el marco del estado de alarma. Entre ellas, destacamos a la industria de alimentos y la cadena alimentaria en general, también a las empresas de productos, sistemas y servicios de limpieza y desinfección, así como la fabricación de envases alimentarios. Estas actividades fueron, de forma general las primeras en adoptar medidas de carácter interno para evitar el contagio de los trabajadores durante su jornada laboral en las instalaciones productivas. En este sentido, AINIA elaboró el Manual COVID-19 para la Industria Alimentaria (Refuerzo de las Medidas de Higiene en el Proceso Productivo), mediante el cual se proponían al sector medidas para evitar la propagación de la enfermedad en el área productiva principalmente. Estas medidas abarcan aspectos como el control de acceso, la utilización de equipos de protección, medidas contra la contaminación cruzada, relativas a los procesos de limpieza y desinfección, etc.
En estas actividades, la eficacia de las medidas de refuerzo de la higiene sólo podía validarse hasta ahora, de forma objetiva, mediante indicadores. Estos son muy útiles, pues nos dan una idea de la calidad higiénica del entorno productivo, pero no dejan de ser inespecíficos. A partir de ahora, las industrias alimentarias y afines pueden contar con un medio directo de validación de:
- Las medidas de refuerzo de la higiene implantadas con el fin de prevenir la propagación de la enfermedad entre sus trabajadores y la higiene del proceso industrial en general.
- La eficacia de las operaciones de limpieza y desinfección, tanto las de rutina como las que se hayan podido implementar de forma extraordinaria en esta situación, de forma específica frente al agente patógeno que nos ocupa.
Otras actividades
Aparte de los sectores que no han cesado su actividad o que ya la han reiniciado, en la actual fase de desescalada se iniciará la actividad de otros que por sus características pueden suponer una probable exposición al agente infeccioso para sus clientes y su propio personal. En este caso nos encontramos con las actividades comerciales en general: hostelería, restauración, y otros como gimnasios, por ejemplo.
En todas ellas, controlar la presencia de SARS-CoV-2 en las superficies y las aguas (aguas de lavado en procesos de limpieza, por ejemplo) es una herramienta insustituible para asegurarse de que las condiciones de las instalaciones y las operaciones de limpieza y desinfección son correctas, y nos permiten retomar la actividad con garantías.
Metodología Analítica con fiabilidad superior al 90%
La metodología analítica que vamos a utilizar en AINIA es RT-PCR real-time. Se basa en un proceso de transcriptasa reversa, en el que el ARN (material genético del SARS-CoV-2) extraído del virus se transcribe a ADN (cDNA) para realizar el proceso de PCR a tiempo real. El kit utilizado ha sido validado por el Instituto de Salud Carlos III, siendo uno de los que han conseguido mejor evaluación (por encima del 90%).
La realización de esta pruebas o análisis consta de cinco fases:
- Toma de muestras
- Extracción del ácido nucleico
- RT-PCR.
- Análisis e interpretación de resultados.
- Emisión del informe.
1. Toma de muestras
Se trata de una toma de muestras de superficies mediante torunda/hisopo. Es un procedimiento sencillo que las empresas que hacen este tipo de controles de forma rutinaria (alimentarias, clínicas, limpieza y desinfección, etc.) conocen perfectamente. En cualquier caso, AINIA proveerá de las torundas/hisopos y de las instrucciones pertinentes.
2. Extracción del ácido nucleico
Ya en las instalaciones de AINIA, mediante un kit de extracción se extrae el ácido ribonucleico (ARN) de la muestra
3. RT-PCR
Esta fase se inicia con la transcripción inversa de la muestra de ARN a ADN (cDNA). A continuación, mediante reacción en cadena de polimerasa se amplifican los fragmentos de ácido nucleico específicos que posteriormente serán identificados.
4. Análisis e interpretación de resultados
Tras la lectura de las señales de los controles y ensayos realizados sobre la muestra se evalúa la validez del análisis y su resultado. A partir de este momento, el resultado es consultable en el acceso web seguro al sistema de AINIA, aunque éste no está todavía confirmado.
5. Emisión de informe
El resultado se revisa y se emite el informe. A partir de aquí el resultado está confirmado, el informe es descargable desde el mencionado acceso y se envía por correo electrónico al destinatario.
Identificación de los puntos de muestreo
La selección de los puntos de muestreo es crítica para que el control sea eficaz. Para ello, debemos identificar los puntos (superficies) de mayor riesgo desde dos puntos de vista:
- Puntos más expuestos a la contaminación. Aquellos que se pueden convertir más fácilmente en un fómite, por estar expuestos a una persona portadora y esta puede tocarla o toser sobre ella.
- Puntos más propicios para la transmisión. Serán aquellos que están más expuestos a ser tocados por los posibles receptores, ya sea personal del propio establecimiento o público en general.
Aquellas superficies que cumplan las dos condiciones serán las más indicadas para ser muestreadas. Dentro incluso de estas superficies debemos elegir las zonas de mayor riesgo siguiendo los mismos criterios. Además, podremos tomar muestras en superficies que cumplan el primer criterio de forma especial, para evaluar el mantenimiento de las instalaciones de forma general.
Con este nuevo servicio ponemos al alcance de nuestros clientes, una potente herramienta para prevenir la contaminación por el virus de la COVID-19, así como para comprobar la eficacia de las medidas adoptadas con este fin. Todo ello es de un alto interés, tanto para las empresas que han mantenido su actividad durante las últimas semanas, como para aquellas actividades que empezarán a retomarse con más o menos restricciones en las próximas fechas. Los diferentes sectores productivos, de forma especial el sector agroalimentación e industria alimentaria, así como, sectores afines como higiene y limpieza industrial, envases y embalajes, comercial, hostelería, restauración, y otros como gimnasios cuentan con una herramienta que de forma específica permite identificar la presencia del coronavirus SARS-CoV-2, comprobando la eficacia de los planes de control y sistemas de limpieza y desinfección adoptados para disminuir la propagación de la enfermedad.
Esta iniciativa ha sido financiada por el IVACE (Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial) en el marco del convenio de colaboración con AINIA para desarrollar actividades de I+D+i que sean transferibles al tejido industrial.