Iniciativas ciudadanas y el Derecho Alimentario, algunas consideraciones

La creciente inquietud de los ciudadanos de la Unión Europea por todo lo vinculado al mundo alimentario ha dado lugar a una serie de iniciativas ciudadanas para lograr mejoras en el Derecho Alimentario de la UE. En el artículo analizamos la importancia creciente del Derecho Alimentario en nuestra sociedad y como los consumidores pueden influir en la regulación.

Ejemplos concretos de estas iniciativas los encontramos en la iniciativa ciudadana dirigida a obtener una mejor información sobre los alimentos destinados a los vegetarianos/veganos o en otras enfocadas en lograr un mayor conocimiento sobre todos los ingredientes que se incorporan a los alimentos.

Como ciudadanos no sólo nos preocupa conocer perfectamente a los alimentos que adquirimos e ingerimos, queremos ir más allá y buscamos que las autoridades comunitarias tengan en cuenta todas las sensibilidades y opciones desde el punto de vista de la alimentación para trasladar la información necesaria.

Uno de los ejemplos que citábamos es el de la Iniciativa Ciudadana Europea: La Comisión registra la iniciativa «Etiquetado obligatorio de los alimentos como no vegetarianos / vegetarianos / veganos», que apuesta por un mayor desarrollo en el etiquetado de los alimentos dirigidos a grupos de población muy concretos, como es el caso de quienes se declaran «vegetarianos o veganos».

Otra situación de interés es la propiciada por otra iniciativa, en este caso la denominada «Eat ORIGINal! Unmask your food» apostando por el desarrollo de declaraciones obligatorias de origen para todos los productos alimentarios con el objeto de prevenir el fraude, proteger la salud pública y garantizar el derecho de los consumidores a la información.

Paralelamente, las autoridades comunitarias siguen trabajando en el desarrollo de la legislación existente para que pueda contribuir a la lucha contra el fraude alimentario y en la mejora de la información que se transmite a los consumidores sobre los alimentos.

Por tanto, considerando las iniciativas ciudadanas y las acciones del legislador comunitario, vemos que en ambos casos coinciden el Derecho Alimentario y los intereses del consumidor, ya que este último demanda un mayor control para que estas situaciones no se reproduzcan.

Centro de conocimiento sobre el fraude alimentario y la calidad de los alimentos

En línea con esa inquietud podemos decir que la UE ha trabajado, principalmente en los últimos cinco años, al poner en marcha el «Centro de Conocimiento sobre el Fraude Alimentario y la Calidad de los Alimentos» (2018) y tener muy presente el fraude alimentario en las distintas iniciativas y en la regulación sobre control oficial de próxima aplicación (Reglamento 625/2017).

Que el Derecho Alimentario ha adquirido un mayor protagonismo es indudable, vemos que existe una constante interacción del Derecho Alimentario y los diferentes actores de la cadena alimentaria. Los ciudadanos cada vez muestran mayor interés por cómo están reguladas las cuestiones vinculadas con los alimentos. Por otro lado, la industria se preocupa más por mantener e incrementar la confianza de los consumidores a través del respeto a la legislación vigente y, por último, las autoridades competentes también se esfuerzan en conseguir una mejor y más sencilla aplicación de las cuestiones legislativas en el sector alimentario.

Vivimos en la sociedad de la información y todo lo relativo a los alimentos y su regulación no es una excepción. Cada vez más los consumidores demandan más información y mejores explicaciones sobre los alimentos que adquieren y llevan a sus hogares. Si ahora hacemos una encuesta sobre los aspectos que están legislados en materia de información al consumidor y etiquetado de los alimentos, es previsible que las respuestas serán mucho más completas y detalladas que hace décadas, esto nos da una idea de la importancia que ha adquirido la información sobre los alimentos.

En este sentido debemos valorar en su justa medida los esfuerzos de la Unión Europea, tanto a la hora de establecer la actual regulación (Reglamento 1169/2011), como en el posterior desarrollo que está dando a la misma.

Otro de los temas que preocupa a la sociedad en su conjunto es el hecho de que se den situaciones en las que el consumidor es engañado en cuanto a las características de un alimento y por tanto surgen los episodios de fraude alimentario. En la última década han sido frecuentes este tipo de situaciones y la sensibilidad de la sociedad es alta.

Considero que no debemos ver el escenario actual como un panorama en el que todos los alimentos son «fiscalizados» por el consumidor. Al contrario, estamos ante una gran oportunidad para resaltar que cuanto mejor se hagan las cosas y más clara sea la información que se facilita al consumidor mejor será la reputación de esos productos.

La bien entendida presión de la sociedad por las cuestiones legales relativas a los alimentos supone un acicate para la actividad de las industrias, afectando a la competencia, productividad, crecimiento económico y en líneas generales al progreso y avance del sector agroalimentario.

A modo de conclusión, vemos que el interés por todo lo que rodea a los alimentos es cada vez mayor y a esta tendencia no escapan las cuestiones regulatorias. Desde nuestro punto de vista es positivo este interés, dado que contribuye a que todos los eslabones de la cadena alimentaria se esfuercen más para contar con la máxima confianza por parte de los consumidores.

Si es asociado a AINIA, recuerde que esta información puede complementarla con la circular legislativa mensual y el flash anticipatorio, además del servicio de consultas legislativas. Si no es asociado a AINIA, le animamos a que se asocie y disfrute de los servicios legislativos especiales que cuentan nuestros asociados. También puede sumarse a nuestro grupo de legislación alimentaria en Linkedin.