Personalización, enfoque global y multiplicidad de metodologías basadas en la tecnología son las tendencias clave de formación para una adecuación a los cambios en el mundo de los profesionales de la industria. Cambios que siempre han existido pero que en la actualidad, por la propia evolución del modelo industrial y en el poder de la tecnología, están afectados por una mayor velocidad y aplican a toda actividad y entre ellas, de modo destacado, el propio mundo de la formación.
Van a cumplirse ya mis 30 años de experiencia en el mundo de la formación. Es mucho tiempo, muchas experiencias y, lo que es mejor, un aprendizaje continuo. Aprendizaje…”cambios”…. No pretendo en este post escribir sobre mí misma pero mi propia vivencia profesional me ha servido de base para la reflexión cuando me propuse escribir sobre las “tendencias” en formación. Tras un largo periodo de formación y experiencia técnica, pasé a vivir el estrés de un cambio de actividad. El maravilloso mundo de la gestión de formación donde, en gran medida, dejaba aparcada mi actividad directamente relacionada con mi especialización técnica para desarrollar muchas de las competencias que ahora se denominan “soft” (organización, liderazgo, comunicación…). Un “gran cambio” y “a gran velocidad” (eso sí, sin tecnología) porque supuso hacerlo en un corto espacio de tiempo y con nuevas y totalmente diferentes responsabilidades.
Y eso, que en aquellos momentos fue para mí un cambio “disruptivo”, es lo que ahora está en boca de todos, con el punto añadido de que en estos momentos la tecnología juega un papel fundamental. Los cambios y nuestra adaptación a ellos siempre ha existido pero lo realmente diferente es cómo debemos enfrentarnos a ellos.
Desde AINIA, una organización centrada en promover la innovación y el desarrollo de la industria, un centro que es fuente de conocimiento y que en su esencia y en su misión está también el transferirlo, nos planteamos cuestiones clave en este momento como:
- ¿cuáles son los cambios a los que debe enfrentarse el propio mundo de la formación?
- ¿qué tendencias podemos observar como derivada de dichos cambios?
- ¿cómo debemos afrontarlos para seguir cumpliendo nuestra misión en el ámbito de la formación y transferencia de conocimiento a los profesionales de la industria?
Personas, tecnología y entorno global son las respuestas
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Personalización:
No podemos concebir un adecuado proceso formativo si no contemplamos la necesidad actual de personalización. Personalización con un enfoque mas profundo si cabe a lo que ya se venía realizando. Por supuesto, y como siempre, es imprescindible seguir pensando en el modelo ya existente de “cursos a medida” pero con un paso mas allá. Un paso que permita, tras una formación breve y centrada en lo fundamental del conocimiento teórico práctico, realizar la evaluación y acompañamiento en el proceso de aplicación. Un modelo que permita al profesional una mayor celeridad en la puesta en marcha del conocimiento técnico adquirido, sea éste cual sea.
La persona es el eje en el que se debe centrar el proceso formativo. Desde la formación de los profesionales, debemos ejercer de facilitadores de la transición a nuevas actividades, responsabilidades, entornos, tecnologías o procesos.
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Multiplicidad de metodologías basadas en tecnología:
Cualquier elemento tecnológico puede tener un papel fundamental en el mundo de la formación (realidad virtual, realidad aumentada, uso de aplicativos móviles….) , o mejor aún, la combinación de ellos utilizada convenientemente nos puede ayudar a un desarrollo metodológico adecuado. Eso sí, sin descartar en ningún caso las actividades que suponen el contacto directo entre los profesionales que proporciona, además, otro elemento fundamental en el aprendizaje, el intercambio de experiencias.
Por otra parte, y esto en el ámbito que nos aplica, AINIA es un referente en tecnologías que debe contemplar el uso de las mismas no solo en el diseño del proceso formativo sino también, por supuesto, en el propio contexto de desarrollo de los programas formativos. Los programas ofrecidos deben nutrirse de contenidos actualizados sobre todas aquellas tecnologías de posible interés y utilidad en la industria.
Así pues, personas y tecnología, ambos elementos fundamentales en el diseño metodológico y que, en un conjunto bien armonizado por docentes/tutores, dará con el resultado fundamental deseado: una adecuada consecución de objetivos formativos.
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Enfoque global (circular):
La formación no puede en ningún caso eludir el modelo al que debe tender en este momento todo proceso. No puede ser concebido un servicio de formación que no sea visualizado en su concepto de “global”. Desde los primeros pasos del proceso, en la propia detección de la necesidad, a la conceptualización y diseño de la acción todo su impacto debe ser evaluado y los resultados deben ser considerados: sobre la persona, sobre el proceso, sobre la industria y, a la larga, en la propia sociedad.
En definitiva, unas tendencias que seguro están marcando ya los planes de formación. Si te interesa el tema, te animo a que leas también estos otros artículos en los que fuimos aportando otros elementos para la reflexión y que suponen el punto de partida de este ejercicio 2019:
Formación a medida y adaptación al cambio, un análisis de tendencias
Las claves de la formación para un futuro sostenible en las empresas