Tras una primera etapa en la que se ha estudiado la interacción de sustancias naturales frente a microorganismos que afectan al pescado fresco y a verduras, se realizará el estudio de su incorporación al envase de plástico, dentro del proyecto NOVOVASE promovido por el IVACE y financiado por los Fondos Feder.
AINIA CENTRO TECNOLÓGICO y AIMPLAS colaboran de forma conjunta en el proyecto NOVOVASE para identificar y profundizar en la interacción entre determinadas sustancias activas y los alimentos con el fin de desarrollar envases activos que aporten mayores garantías de calidad y seguridad alimentaria. En concreto, el proyecto se dirige a encontrar soluciones para el envasado activo de pescado fresco y verduras, unos de los alimentos cuya vida útil es más breve, de modo que se logre extender su conservación inhibiendo el crecimiento de los microorganismos específicos de su deterioro.
La primera etapa de este proyecto está consistiendo en la selección de sustancias activas naturales que tienen actividad sobre el pescado fresco y las verduras. Para ello, se ha evaluado la actividad de varias sustancias procedentes de fuentes como el aceite de orégano, ajo, romero, clavo y eugenol, frente a microorganismos como la Salmonella, el E.coli o la Listeria que inciden especialmente en el proceso de envasado del pescado y verduras frescas limitando su calidad y su vida útil. Se ha probado la exposición a estas sustancias tanto por contacto directo, como de manera indirecta a través del espacio que rodea al producto envasado.
Los primeros resultados de estas interacciones están siendo prometedores. Por ejemplo, se ha comprobado cómo existen microorganismos como la Salmonella para los que el contacto directo con determinadas sustancias activas es casi la única vía para que se inactiven. Sin embargo, el E. coli y la Listeria se inactivan con los vapores que desprenden el aceite esencial de orégano y el extracto de ajo.
La siguiente etapa del proyecto se centrará en estudiar la incorporación de las sustancias activas al sistema de envasado con materiales plásticos como solución extrapolable a una práctica industrial. Para ello, se está evaluando la estabilidad térmica de estos aditivos y su posible protección durante el proceso de transformación