Cómo se incorpora el omega-3 a una leche enriquecida

Sabemos que el omega-3 es bueno para nuestro organismo y por eso a muchos nos gusta escogerlo cuando lo encontramos añadido a productos como la leche, los huevos, los snacks o las galletas. Los omega-3 se encuentran de forma natural como aceite en los pescados azules y en las semillas. Pero, ¿cómo van a parar ahí? ¿Cómo se incorpora a estos otros productos como la leche sin que se transfieran otros aspectos no deseados como el olor o el sabor del alimento rico en este componente? ¿Qué tecnología encierra un producto enriquecido de estas características? Se le llama Fluidos Supercriticos (FSC). Te explicamos cómo.

Se sabe que el consumo de grandes cantidades de omega-3 aumenta considerablemente el tiempo de coagulación de la sangre, lo que explica por qué en estos casos la incidencia de enfermedades cardiovasculares es menor que cuando apenas hay ingesta. El  omega-3 lo podemos encontrar en muchos alimentos como en la soja, las espinacas, la col, el pepino, algunos frutos secos como las almendras, las nueves y sus respectivos aceites. No siempre es fácil incorporarlos a nuestra dieta diaria de una forma regular, de manera que nos aseguremos de ingerirlo en la cantidad adecuada, por eso, recurrimos a aportes extra en el consumo de otros productos. De ahí la leche enriquecida con omega-3, los huevos, algunos productos horneados como las galletas, los saladitos o los snacks. Explicamos qué tecnología tan compleja se esconde detrás de uno de estos alimentos tan comunes en cualquier cesta de la compra. 
 
La califican de tecnología “verde” porque es muy limpia, no deja residuos, ni produce emisiones… es la llamada tecnología de Fluidos Supercríticos que trata de llevar a unas condiciones de presión y de temperatura el fluido por encima de su estado crítico, es decir, a un estado que no es ni gas ni líquido pero presenta propiedades de ambas. Pero, ¿por qué llevarlo a este estado? ¿Qué ventajas aporta? Porque es en este estado cuando el fluido presenta unas propiedades favorables para la extracción de omega-3, que obtenemos por ejemplo a partir de una semilla.

Una vez disponemos del omega-3 extraído por el CO2 en este punto supercrítico, se baja la condición de presión para convertir el CO2 en gas, obteniendo el aceite de omega-3 en un estado  puro, -porque no hemos necesitado usar disolventes químicos que lo hayan podido alterar-. También es estable porque está protegido de la oxidación, es decir del deterioro y del enranciamiento.  De la misma manera que hemos extraído el omega-3, también se puede hacer con las vitaminas, los aromas, o cualquier otro aditivo que podemos encontrar en cualquier otro alimento o producto farmacéutico. 

Ahora hay que incorporarlo a la leche. Por eso, a este proceso de uso de tecnología de fluido supercrítico le pueden seguir otras dos nuevas etapas:

-La microencapsulación que consiste en incorporar esta sustancia en microcápsulas, inapreciables a la vista y al gusto con diversos fines:
1. Protegerlo del deterioro
2. Limitar su olor o sabor en la incorporación a otro alimento
3. Que libere sus propiedades poco a poco a lo largo del tiempo
4. Para que lo haga en el momento o lugar que se desea, por ejemplo para que pueda absorberlo un órgano localizado, de forma que se aprovechen al máximo todos sus nutrientes.

–la aplicación directa: Podemos envasarlo como aceite de semillas,  rico en omega 3 para aderezo de ensaladas, o incorporación directa a otro producto como una crema cosmética, por ejemplo.

En los últimos años, esta tecnología de fluidos supercríticos (FSC’s) ha experimentado un desarrollo importante  no sólo en procesos extractivos sino en otras de sus aplicaciones más novedosas y recientes  debido a las importantes ventajas que presenta frente a los procesos convencionales de purificación y extracción:

•  su gran posibilidad de seleccionar las sustancias de valor
•  la ausencia de emisiones y residuos que no deja durante su uso.
•  el no tener que usar disolventes
• ahorro energético y reducción de costes para las empresas frente a otras tecnologías.

ainia, referente español en FSC’s
ainia posee una amplia experiencia en el desarrollo y aplicación de esta tecnología, así como en la realización de proyectos de diseño de equipos e instalaciones a alta presión para aplicaciones con FSC’s. 

Enlaces relacionados:

–El poder de lo pequeño, el poder de la microcápsula

-Patente: Process for extracting natural products by means of supercritical fluids

–La microencapsulación, ¿qué beneficios nos puede aportar?

–De los restos de coliflor a la obtención de aditivos con propiedades antioxidantes para cosmética

–Fluidos Supercríticos, una alternativa a las técnicas de impregnación actuales

–Aplicación de la tecnología de fluidos supercríticos en la impregnación de sustratos poliméricos

–El CO2 supercrítico: una técnica revolucionaria

– Planta industrial de Fluidos Supercríticos de ainia (ALTEX)

Fuente Foto: Flickr por Isabel Villa