Las industrias agroalimentarias pueden desarrollar la estrategia de la economía circular en la gestión del agua a través del enfoque de las “5Rs” planteado por la International Water Association (IWA): reducir, reutilizar, reciclar, recuperar y restituir. AINIA ha organizado el III Seminario técnico internacional sobre gestión eficiente del agua en las industrias agroalimentarias que tendrá lugar el próximo martes 9 de abril para profundizar en estas cuestiones e identificar avances tecnológicos. En el artículo hacemos un avance de programa.
El agua es un recurso clave para la Industria Agroalimentaria. Se utiliza como ingrediente en algunos productos constituyendo un componente del producto final y es un elemento indispensable en muchas etapas del procesado de alimentos. Además, el agua es el elemento principal en las operaciones de higiene que permiten mantener los estrictos estándares de limpieza y desinfección indispensables en la industria alimentaria. De hecho, la Industria de Alimentación y Bebidas representa cerca del 2% del consumo de agua total en Europa.
El agua a la vez de ser imprescindible para la producción de alimentos es un recurso escaso y cada vez más amenazado. Como cualquier otro recurso vital, el agua puede verse sometida a presión, especialmente cuando la demanda excede a la oferta o la mala calidad restringe su uso.
La AEMA estima que alrededor de un tercio del territorio de la UE está expuesto a condiciones de tensión hídrica
Países como España han sufrido ya graves sequías durante los meses estivales, siendo las zonas agrícolas de riego intensivo y las grandes aglomeraciones urbanas los territorios más afectadas por la tensión hídrica.
Incremento de la competitividad de la industria alimentaria por medio de la Economía Circular
En el horizonte de los próximos años, la competitividad de las industrias agroalimentarias dependerá en buena medida de su capacidad para hacer frente a los principales desafíos en materia de sostenibilidad. La escasez de recursos como el hídrico comienza a ser una de las principales preocupaciones, lo que exige el desarrollo de soluciones integrales que incrementen la eficiencia en su uso.
Pero ¿quién debe llevar a cabo el desarrollo de estas soluciones integrales? Según el Informe: “Approaching The Future 2018. Tendencias en reputación y gestión de intangibles”, el papel del sector privado es y será cada vez más relevante en el desarrollo de un nuevo concepto de ciudadanía global y sostenible”.
La Economía Circular en este enfoque hacia la sostenibilidad es innegable. Hay datos que lo evidencian. Así, en los últimos tres años un 73% de las empresas europeas han puesto en marcha algún tipo de actividad relacionada con la Economía Circular.
Todo lo que sea apreciado y valorado por la propia sociedad, como es el agua, puede constituir un elemento de valor añadido. El valor que aporta una gestión eficiente del recurso hídrico se convierte en un aspecto que debe integrarse en los valores de la empresa y que acabará configurando la imagen de sus marcas.
Los consumidores, más informados gracias a los avances en digitalización y redes sociales, sólo aceptaran empresas responsables que tengan un compromiso firme con el medio ambiente y por ende con el agua. Una sociedad en la que convive una gran multitud de marcas como la actual requiere que a éstas se la dote de una personalidad diferenciadora.
¿Cómo articular la estrategia de la economía circular en la gestión del agua?
Las industrias agroalimentarias deben articular la estrategia de la economía circular en la gestión del agua a través del enfoque de las “5Rs” desarrollado por la International Water Association (IWA): reducir, reutilizar, reciclar, recuperar y restituir.
Al seguir el enfoque de las “5Rs”, y reducir, reciclar y reutilizar agua, recuperando recursos y restituyendo los ecosistemas acuáticos, las empresas pueden crear win-win para sus propias operaciones, otros usuarios de agua y los ecosistemas en los que operan y de los que dependen.
En este marco la I+D+i debe proponer soluciones que permitan a las industrias cambiar el modelo lineal de usar y depurar el agua por modelos circulares donde se optimice el uso del agua y se abandone el concepto de aguas residuales, corrientes líquidas que se consideraran recursos valiosos. La presencia de estas medidas en las plantas productivas de las industrias agroalimentarias evidencia que la empresa camina hacia la excelencia como ocurre con las empresas que están aplicando una o más de las “5Rs”.
Reducir
Las operaciones de limpieza y desinfección son a menudo las actividades con mayor uso de agua en industrias de alimentación y bebidas. Las elevadas exigencias higiénicas suponen una alta dedicación de recursos como el hídrico, así como la generación de grandes volúmenes de aguas residuales.
De hecho, según el BREF (en inglés, Best available techniques Reference document), el consumo medio de agua en los procesos de higienización de equipos e instalaciones en las industrias lácteas puede llegar a ser el doble de litros que de leche producida o en las empresas de procesado de pescado puede alcanzar hasta los 16 litros/kg de producto.
La incorporación del eco-diseño higiénico puede llegar a reducir entre un 40 y un 50% del volumen de agua usado en los procesos de limpieza y desinfección. Este hecho ha sido demostrado en las plantas industriales de Calidad Pascual (Aranda de Duero, Burgos) o Nueva Pescanova (Poriño, Pontevedra) donde se han obtenido las evidencias que han dado lugar a que el diseño higiénico sea incluido como BREF en la nueva legislación sobre Mejores Técnicas Disponibles.
Reciclar
El reciclado de corrientes internas derivadas de procesos productivos permite su uso como fuente alternativa de agua potable, reduciendo así la necesidad de emplear un recurso externo procedente de pozo o red. Este hecho consigue, además de incrementar la eficiencia en el uso del recurso hídrico, minimizar los costes derivados del canon de saneamiento.
Las aguas pueden ser recicladas en la misma etapa del proceso productivo donde se generan, o en otras, y de manera directa o con un acondicionamiento. Tecnologías basadas en procesos oxidativos o separativos son soluciones innovadoras que permiten adecuar el agua hasta la calidad exigida para reciclado: fit for use.
Enfriar alimentos enlatados es unos de las etapas que mayor volumen de agua demanda dentro del proceso productivo de las empresas productoras de hortalizas elaboradas. La incorporación de medidas de reciclado en estas corrientes internas en la planta Saint-Césaire (Canadá) de Bonduelle ha permitido reducir el consumo de agua un 12%, ahorrando alrededor de 30 millones de litros en 2017 en comparación con el año anterior.
Reutilizar
En el marco de las industrias agroalimentarias, la reutilización de agua permite volver a utilizar el agua tratada en las EDARI. Para poder alcanzar la calidad necesaria para este segundo uso es necesario aplicar un tratamiento adicional al proceso convencional de depuración. Estos tratamientos pueden usar distintos procesos tecnológicos o la combinación de varios de ellos.
El RD 1620/2007, que establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas residuales, permite cinco usos para las aguas regeneradas. El uso de estas corrientes para riego agrícola ya está aportando sustanciosos beneficios en materia de gestión hídrica a determinadas industrias agroalimentarias españolas.
El Pozo en su planta de Alhama (Murcia) depura la totalidad de las aguas residuales para su uso posterior en la agricultura. Por su parte, la reutilización de agua favorece el objetivo de “vertido cero” de J. García Carrión en la planta del grupo situada en Andévalo (Huelva), donde se ha alcanzado el consumo neto nulo de agua. El 100% del volumen de agua empleada en el proceso de fabricación del zumo se usa posteriormente para el riego de las 1.500 hectáreas de naranjos que la propia empresa cultiva alrededor de la fábrica.
Recuperar
La recuperación de los recursos que contienen las aguas residuales y su posterior valorización es uno de los intereses del sector. Industrias agroalimentarias generan corrientes líquidas internas que contienen además de agua, producto perdido (merma) y otros compuestos químicos con macronutrientes de interés (i.e., carbohidratos y proteínas) y/o sustancias de valor como polifenoles. Estos compuestos químicos pueden ser recuperados in situ y/o reciclados interna o externamente.
Empresas del sector de la alimentación y bebidas como Jake y Citromil forman parte de un consorcio europeo que trata de avanzar en los enfoques existentes para el tratamiento de aguas residuales industriales. La solución tecnológica en desarrollo separará los diferentes componentes de valor de las aguas residuales utilizando una serie de unidades de filtración por membrana. La corriente de rechazo con materia orgánica fermentable será aprovechada como sustrato en bioprocesos encaminados a la obtención de poliésteres biocompatibles y biodegradables: polihidroxialcanoatos (PHA).
Por otro lado, las corrientes con cargas orgánicas elevadas pueden ser valorizadas externamente mediante la obtención de biogás a partir de un proceso de digestión anaerobia. En los últimos años, se están aproximando al mercado nuevas tecnologías anaerobias para la valorización de efluentes de menor carga orgánica que habitualmente eran tratados por vía aerobia. Ventajas a nivel de eficiencia energética y calidad del efluente final hacen, que tengan un potencial interés, las tecnologías de reactor anaerobio de membranas sumergidas (AnMBR).
Restituir
Los proyectos de restitución consisten en devolver el agua de una calidad específica al ecosistema acuático donde fue tomada antes del proceso productivo. Las grandes multinacionales, conscientes de la tensión hídrica actual, han asumido diferentes compromisos para alcanzar un sistema de producción sostenible. Hacer un uso sostenible del agua es la forma de contribuir al Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los proyectos de compensación o restitución de agua aportan una nueva dimensión a la responsabilidad social corporativa de las industrias alimentarias. Estos proyectos deben suponer además un hito de colaboración público-privada, con convenios de colaboración inclusivos que contemplan los intereses tanto naturales como económicos de todas las partes involucradas.
Este es el caso de Heineken España, que a través de Every Drop, cada gota cuenta, transforma el compromiso de reducir la huella hídrica en una apuesta revolucionaria: conseguir que sus procesos productivos no tengan impacto en el ciclo del agua e, incluso, que comporten una mejora para las cuencas de los ríos que nutren a sus fábricas. Gracias a las actuaciones desarrolladas en Doñana, Heineken ha restituido 1.000 millones de litros de agua en 2017, prácticamente el doble del agua consumida en su fábrica de Sevilla durante todo un año.
En este contexto, AINIA ha organizado el III Seminario técnico internacional sobre gestión eficiente del agua en las industrias agroalimentarias que tendrá lugar el próximo 9 de abril, y donde se darán a conocer las ventajas de articular la estrategia de la economía circular a través del enfoque de las “5Rs”, así como las principales innovaciones tecnológicas en reducción, reciclado y reutilización del agua, y recuperación de recursos.
En el seminario se mostrarán diferentes casos de éxito de empresas del sector agroalimentario que ya estén llevando a cabo soluciones circulares en la gestión del agua en sus plantas productivas como Calidad Pascual o Nestlé.
La jornada será además un magnifico foro de networking entre industrias agroalimentarias, que buscan mejorar el uso del recurso hídrico, y proveedores de tecnologías del sector del agua, los cuales mostrarán su portafolio de soluciones tecnológicas aplicadas a las industrias de alimentación y bebidas. Entre ellos se encuentran empresas como VEOLIA, KOCH, AZUD, AEMA o PAVAGUA.
En la edición anterior, más de 120 asistentes del sector agroalimentario, químico, medioambiente y de centros de I+D participaron activamente en el foro de discusión sobre tecnologías y soluciones innovadoras orientadas a la mejor gestión del agua.