El proyecto utilizará biosensores que reducirán la complejidad, duración y coste de las técnicas convencionales. Desarrollará un nuevo método de medida para el sector agroalimentario de la Comunidad Valenciana, mejorando su competitividad y aumentando la seguridad alimentaria.
Las cadenas alimentarias se caracterizan por su elevada complejidad en cuanto al número de procesos y de agentes que intervienen. Por ello se llevan a cabo exhaustivos controles de calidad en cada uno de los eslabones que las forman para evitar la presencia de sustancias indeseadas en los alimentos. Mejorar la seguridad alimentaria en el sector agroalimentario de la Comunidad Valenciana, a través de una detección más eficaz de contaminantes, representa por tanto una de las principales prioridades para aumentar la competitividad de las empresas.
El sector agroalimentario está obligado por ley a realizar controles analíticos en materia de seguridad alimentaria. Los principales inconvenientes asociados a las técnicas convencionales son su coste elevado y el tiempo de recepción de los resultados, ambos consecuencia directa de la complejidad de las mismas.
Consciente de esta realidad, ainia centro tecnológico está llevando a cabo el proyecto AGROBIOCON, a través del cual estudia la aplicación de un sistema de detección de contaminantes desarrollado para cubrir las necesidades del sector agroalimentario de la Comunidad Valenciana. El sistema está basado en la utilización de biosensores.
Este método de análisis permitirá obtener una alta sensibilidad de detección de contaminantes y residuos en un corto periodo de tiempo, así como lograr un alto grado de automatización y versatilidad. “La tecnológica utilizada, -según apunta José Belenguer, técnico del Departamento de Instrumentación y Automática y responsable del proyecto desarrollado por ainia centro tecnológico-, permitirá una reducción de la complejidad, el coste y la duración de los métodos convencionales utilizados”.
Los primeros trabajos que se están desarrollando se dirigen a seleccionar las sustancias objeto de análisis y evaluar las limitaciones de los métodos de detección convencionales. Asimismo, se han iniciado los trabajos para el desarrollo de los métodos de detección que serán trasladados a los biosensores para después evaluar su funcionalidad.
El proyecto iniciado este año tiene una duración de tres años y cuenta con el apoyo financiero del IMPIVA. Está dirigido a impulsar la competitividad de las empresas agroalimentarias de la Comunidad Valenciana (empresas productoras de alimentos frescos y procesados, así como empresas de servicios analíticos o laboratorios), gracias a la transferencia de los resultados de la investigación llevada a cabo en el campo de la aplicación de los biosensores a la detección contaminantes en el sector y otros mercados afines.