Roberto Ortuño / 24 de Enero de 2018

Análisis del RASFF: lo que nos deja 2017

A la espera de que el RASFF publique su informe anual 2017, nos hemos adelantado para resumir a partir de los datos primarios que se han ido publicando a lo largo del año, es decir, las notificaciones, los resultados de un año más de funcionamiento de la Red Europea de Información de Alertas de Seguridad Alimentaria de alimentos y piensos.

Desde un punto de vista global, el número de notificaciones ha alcanzado las 3.772. Este número global ha venido creciendo año a año (en 2016 fue de 2993). El análisis en el que coinciden la mayoría de los expertos es que no se debe interpretar como un empeoramiento del nivel de seguridad alimentaria, sino como un incremento en el nivel de control y en la efectividad del mismo. Hay que tener en cuenta en ese sentido que tanto la Comisión como las autoridades de los países miembros en materia de sanidad (humana y animal) y seguridad alimentaria, orientan a los servicios de inspección a realizar una mayor presión de control respecto a los peligros alimentarios que entrañan mayor riesgo, por lo que son de alta gravedad (los menos) o alta probabilidad de ocurrencia (los más).

Analizaremos los datos por tipo de alimento o subsector alimentarios.

FUENTE: RASFF y elaboración propia AINIA

Alertas alimentarias en productos de origen vegetal, un 37% más en 2017

Como podemos observar en el gráfico, los productos de los que se ha registrado un mayor número de alertas son los de origen vegetal con un 37%. Para este tipo de productos la tipología de peligro mayoritaria es la de peligros químicos, en especial la presencia de aflatoxinas y residuos de plaguicidas. Viene siendo habitual que año tras año el peligro más reportado sea la presencia de micotoxinas en alimentos de origen vegetal, principalmente frutos secos provenientes de terceros países.

En el caso de la presencia de micotoxinas hay que decir que la presión de muestreo sobre los contenedores que llegan a los puertos comunitarios es importante. Además, se ve incrementada cuando aparecen de forma repetida positivos provenientes de un país o exportador desde país de origen, llegando en ocasiones a realizarse el control de cada uno de los contenedores de un producto, una procedencia o un exportador.

En el caso de plaguicidas los controles son también bastante numerosos por parte de las autoridades. Hay que decir también que el sector de la distribución de forma directa (sobre productos recibidos) o a través de las centrales de compra (en muchas ocasiones propias de la distribución) realizan un importante control extra para garantizar la inocuidad de los productos puestos a la venta en sus establecimientos.

Carnes y productos cárnicos: la salmonella, el agente biológico de mayor riesgo

En segundo lugar, tenemos a las carnes y productos cárnicos con un 18%. En cuanto a tipología de peligros en este caso destacan los biológicos (presencia de microorganismos patógenos). El patógeno mayoritariamente encontrado es salmonella de forma muy destacada. Salmonella es por tanto sin duda el agente biológico de mayor riesgo, lo que está motivado por un impacto para la salud de moderado a alto (alto en población de riesgo) pero una alta ocurrencia. Se trata de un microorganismo prácticamente ubicuo en el aparato digestivo de los animales de abasto y en especial de las aves.

Con menor incidencia encontramos Escherichia coli, Listeria monocytogenes y Campylobacter. En el campo de los residuos químicos destacan los residuos de productos de uso veterinario.

Tras las carnes y los productos cárnicos se sitúan los pescados y productos de la pesca. En este caso, los agentes causales mayoritarios son de origen químico, aunque no demasiado lejos de los de origen biológico o de los que son clasificados en el RASFF como otros. En el caso de agentes químicos destaca de forma importante la presencia de metales. En el de riesgos biológicos la de parásitos y los “otros” la rotura de la cadena de frio (vital para este tipo de productos).

El siguiente es el grupo de otros alimentos, en el que entra una gran amalgama de productos que no pueden ser clasificados en otros grupos, por lo que no tiene demasiado interés su valoración en este resumen.

Materias primas para alimentación animal, materiales en contacto con alimento y comidas preparadas, otros tipos de alertas alimentarias recogidas en el RASFF

Las materias primas para alimentación animal (no olvidemos que el RASFF es el Rapid Alert System for Food and Feed, es decir alimentos y piensos) constituyen el siguiente grupo. En este caso el agente que más se repite es biológico y en concreto salmonella.

Los tres grupos siguientes con alrededor de un 3% de notificaciones cada uno son huevos y ovoproductos (con residuos de plaguicidas), materiales en contacto con alimentos (migraciones y comidas preparadas (aditivos, alérgenos y cuerpos extraños).

Cabe destacar el caso de huevos y ovoproductos ya que gran parte de las notificaciones se deben a la presencia de friponil (plaguicida de uso prohibido en el ámbito veterinario, que no en protección vegetal) utilizado como agente para la desinsectación de gallinas ponedoras, que provocó una importante crisis en el sector del huevo el pasado verano. No olvidemos que en Bélgica se destruyeron 77 millones de huevos.

La otra crisis de relevancia durante 2017 está relacionada con la presencia de un brote de salmonella en leches infantiles en Francia.

Como resumen, podemos concluir que 2017 ha sido un año de cierta continuidad en cuanto al volumen de notificaciones y a los productos y agentes causales implicados. Desde el punto de vista de las crisis alimentarias, las dos de mayor impacto son las que ya hemos mencionado (fipronil en huevos y ovoproductos y brote de salmonella en leches infantiles).

En el caso de la primera, a pesar de tratarse de un producto prohibido (lo que justifica sin duda la alerta) las cantidades encontradas estaban muy por debajo de las dosis que pueden considerarse tóxicas en humanos por lo que desde el punto de vista de la salud no ha tenido repercusiones. No podemos decir lo mismo del otro episodio que, aunque no ha causado decesos, ha afectado a un total de 37 bebés y ha visto implicados a 83 países.

En AINIA somos especialistas en seguridad alimentaria. Desde el control analítico, al asesoramiento legal, la asistencia técnica especializada y el desarrollo de soluciones tecnológicas a la medida de sus necesidades a través de proyectos de I+D. Contacte con nosotros, podemos ayudarle.

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