Tal y como informa en su página web: Bodegas Coviñas continua su apuesta por la enología sostenible y recientemente ha tomado la iniciativa de integrarse en un proyecto de I+D+i junto con el centro tecnológico AINIA para avanzar en este sentido. El proyecto consiste en conocer el impacto real que tiene la producción de sus vinos sobre la atmósfera y sobre el medio ambiente. Dicho impacto se conoce mediante el cálculo de la denominada Huella de Carbono, gracias a la cual se podrán tomar medidas para reducir la emisión de gases que incrementan el efecto invernadero (GEI).
Para conocer la huella de Carbono se analizan los gramos de CO2 que emite la bodega en todo el ciclo de vida de su producto, empezando por el viñedo, pasando por la recolección y elaboración de la uva, hasta que se vende la botella de vino, se consume y se reciclan partes del producto. Es decir, es el rastro en emisiones que deja la elaboración de un producto hasta que llega al consumidor.
Tras la obtención del certificado de la huella de carbono, Bodegas Coviñas tomará las medidas oportunas para reducir el impacto negativo que puede generar la producción de cada uno de sus vinos sobre la atmósfera y el medio ambiente. De este modo la bodega contribuirá a mantener y mejorar su compromiso con nuestro planeta, que es nuestro futuro.
Texto publicado en la página web de Bodegas Coviñas: Ver enlace