La gestión del riesgo, los controles en materia de calidad y seguridad alimentaria y su relación con los aspectos regulatorios son elementos clave en el día a día de las empresas alimentarias. Además de ello, son elementos que han de considerarse especialmente en relación con los controles oficiales en los alimentos. En este artículo hacemos algunas reflexiones sobre estos temas, el horizonte 2019 y el Reglamento 625/2017, futura norma clave para el control oficial de alimentos.
Horizonte 2019 y el Reglamento 625/2017
El Reglamento 625/2017, futura norma clave para el control oficial de los alimentos (futura, dado que será aplicable a partir del 14 de diciembre de 2019), hace hincapié en la relación de la Legislación de la UE relativa a la cadena agroalimentaria sobre la base del principio por el que los operadores son responsables en todas las fases de producción, transformación y distribución para garantizar el cumplimiento de los requisitos establecidos por la citada legislación en el desempeño de sus actividades, como es el caso de la Calidad y Seguridad Alimentaria.
La interacción de la Legislación Alimentaria con la calidad cobra especial importancia, cuando el propio reglamento condiciona la intensidad o frecuencia de los controles que deben realizarse en una industria alimentaria en función de la gestión del riesgo y también del historial de los operadores en cuanto a los resultados de los controles oficiales que hayan recibido y el grado de cumplimiento de las normas aplicables.
Por tanto, la fiabilidad y los resultados de los autocontroles realizados por los operadores, así como los programas de garantía de calidad, son un elemento de vital importancia.
La Calidad/Seguridad Alimentaria y el Derecho Alimentario constituyen un binomio vital para la actividad agroalimentaria que ha evolucionado en las últimas décadas, de la misma forma que lo ha hecho el rol que desarrolla el área de calidad en la industria alimentaria.
La evolución de la relación entre la Calidad y el Derecho Alimentario
La conexión entre el Derecho Alimentario y la calidad, tal y como la entendemos actualmente, se remonta a las últimas décadas del siglo XX. Históricamente el rol de la calidad alimentaria ha estado directamente enfocado a la obtención de los correspondientes certificados de calidad, por ejemplo: BRC, ISO 9000 (ahora 22000) o IFS como elemento crítico para la industria en tanto que constituyen una exigencia determinante por parte del mercado.
Además del trabajo directamente conectado con la consecución de las certificaciones en cuestión, un responsable de calidad también debe atender toda una serie de tareas de índole documental vinculadas tanto con el cumplimiento del Derecho Alimentario, como de otras servidumbres hacia los sistemas certificados, los clientes, los proveedores o distintas áreas internas (marketing, producción o I+D+i, entre otras).
Al igual que otras actividades en el mundo de la industria agroalimentaria, el rol del responsable de calidad también ha evolucionado. En la actualidad la “gestión del riesgo” es un elemento clave en su día a día, su labor es estratégica para apoyar a la gerencia en la promoción y difusión de las políticas de calidad.
Hablamos de calidad y también de seguridad, puesto que la Seguridad Alimentaria es un elemento clave en los sistemas de gestión y procesos de producción que hay que controlar. Tal y como se contempla en el Reglamento 178/2002 es responsabilidad del operador alimentario controlar todas las etapas de la producción, la transformación y la distribución de los alimentos y asegurar que cumplen los requisitos de la legislación alimentaria, siendo esta una labor fundamental en el área de la Calidad y Seguridad Alimentaria. En este punto es donde se gestiona el riesgo, ya que en todas las fases de la cadena alimentaria hay que manejar los riesgos para su adecuado control.
El papel de “coordinador” o elemento de enganche entre las distintas áreas de la empresa, el responsable de calidad coordina las auditorías internas y la intervención del resto del personal en la gestión de la calidad. También es quien en ocasiones se tiene que ocupar de clarificar o interpretar aquellos requisitos legales que dan lugar a posturas controvertidas u opuestas dentro de la propia organización.
¿Qué sucede en el día a día? O del “poli malo al hombre del renacimiento”
En muchas ocasiones desde las áreas de producción, ventas o administración, el Derecho Alimentario y el responsable de calidad son vistos como el “poli malo de la película”, cuando realmente la calidad y la seguridad Aaimentaria son elementos fundamentales para actividad agroalimentaria y por tanto deben contar con la cooperación y apoyo de otras áreas como son las de producción, compras o marketing para que tengan en consideración la importancia que tiene el cumplimiento de los requisitos legales en la actividad agroalimentaria. Es importante que en la organización se valore el papel de la calidad y la seguridad alimentaria como garantes del respeto a las reglas fijadas en el Derecho Alimentario.
La seguridad alimentaria es algo con lo que se negocia en ninguna empresa agroalimentaria, deben alcanzarse y todos consideramos que el máximo responsable de cualquier operador alimentario así lo visualiza.
Para finalizar el artículo, siendo conscientes que él o la responsable de calidad no son lo que podría denominarse un “hombre del renacimiento”, dado que deben ver temas en conexión con las áreas de Marketing/Laboratorios/Producción – I+D+i /Gerencia y por supuesto cuestiones legales relacionadas con esas áreas en la actividad agroalimentaria, entendemos que la clave es rodearse de un buen equipo de especialistas y asesores legales para contribuir al aseguramiento de la calidad y cumplimiento de las exigencias derivadas del Derecho Alimentario en su día a día.
Si pese a la información recogida tiene dudas respecto a los criterios legislativos, puede llamarnos y estaremos encantados de atender sus peticiones en lo concerniente al asesoramiento legal en Derecho Alimentario.
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