Los alimentos funcionales aportan efectos beneficiosos en nuestro organismo. Los probióticos, la fibra o los ácidos grasos Omega 3 son algunos ejemplos y son cada vez más conocidos y demandados por los consumidores. ¿Cómo pueden incorporarse ingredientes funcionales en los productos de alimentación?
La incorporación de ingredientes funcionales en las matrices alimentarias es, en ocasiones, un proceso complejo, debido a su sensibilidad a pH bajos y por los aromas y sabores que no son los perseguidos. Generalmente, se ha venido utilizando la liberación directa de estos ingredientes en el intestino en forma de pastillas o cápsulas de gel lo cual no es demasiado apropiado para la industria alimentaria. Por eso, una buena alternativa es la microencapsulación.
La demanda de los consumidores por este tipo de productos hace que la industria alimentaria se interese por desarrollar así nuevos alimentos que incorporen ingredientes funcionales encapsulados. Tanto es así, que la multinacional Kraft incluso ha patentado un proceso para microencapsular ingredientes funcionales que se caracteriza por reducir las propiedades organolépticas indeseadas y tener un ratio de liberación adecuado: resiste el pH del estómago y se liberan en el intestino.
La tecnología es muy versátil, pudiéndose aplicar a diversos subsectores, como es el caso del sector lácteo en el que empresas incorporan calcio microencapsulado para aumentar el contenido en la leche de soja (el contenido de calcio es bajo y sin encapsular, este mineral es inestable). Otro claro ejemplo de la utilidad de esta tecnología es el enmascaramiento del aroma a aceite de pescado en productos enriquecidos con Omega 3. Además, tenemos la Vitamina C, muy sensible a la oxidación motivo por el que conviene protegerla mediante esta técnica.
La industria farmacéutica viene empleando esta tecnología para incorporar los diversos principios activos a los medicamentos. Sin esta tecnología, el pH del estómago degradaría el principio activo e impediría que llegasen a realizar su efecto en el organismo.
Experiencia de ainia
En ainia llevamos trabajando en líneas de investigación centradas en microencapsulación con fines alimentarios y no alimentarios desde 2003. Tenemos experiencia en el desarrollo de proyectos institucionales, proyectos con empresas privadas centrados en diferentes tecnologías y procesos de microencapsulación, como tecnologías tipo GAS y RESS con fluidos supercríticos, secado por atomización, enfriamiento por aspersión, formación de emulsiones, polimerización in situ o interfacial, coacervación y gelificación iónica.
Además, contamos también con una amplia experiencia en el estudio y desarrollo de microencapsulaciones, cuyo principal objetivo es proteger aquellas sustancias o ingredientes sensibles a la temperatura, oxígeno, luz y pH. En función de las particularidades del ingrediente o sustancia a encapsular así como de la matriz alimentaria, diseñamos la composición de las microcápsulas y del procedimiento a seguir para obtener un alimento estable y con las propiedades organolépticas deseadas.