Tras meses de estrecha colaboración con profesionales sanitarios del Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent en el estudio de descontaminación térmica de mascarillas filtrantes FFP2 hemos obtenido resultados positivos de aplicación en hospitales y centros de salud. Se trata de un método práctico de descontaminación térmica de mascarillas “filtrantes” para una reutilización más segura en casos de emergencia por desabastecimiento. Nos lo cuentan los profesionales que han participado en el estudio.
El objetivo del estudio desarrollado por AINIA con la financiación de IVACE ha sido diseñar y evaluar la eficacia de un método práctico de descontaminación térmica de mascarillas “filtrantes” para una reutilización más segura en casos de emergencia por desabastecimiento. El método es aplicable en el entorno de hospitales y centros sanitarios que dispongan de autoclaves, y a mascarillas filtrantes usadas del tipo FFP2 y FFP3.
Necesidad del estudio. Problemática de desabastecimiento de mascarillas filtrantes durante la crisis del COVID-19
Las mascarillas filtrantes tipo FFP2 y FFP3 son Equipos de Protección Individual (EPIs) usados por profesionales sanitarios en hospitales y centros de salud para la atención de personas sintomáticas y la realización de procedimientos con generación de aerosoles.
A la demanda urgente en los hospitales, y la habitual en la industria, se le ha unido durante la crisis la del público en general. La escasez de mascarillas filtrantes ha provocado situaciones en las que el personal sanitario ha tenido que emplearlas durante más tiempo del recomendado por el fabricante, y reutilizándolas varias veces en lugar de desecharlas, con el consiguiente riesgo de contribuir a la potencial transmisión por contacto.
Cabe recordar que la mayoría de los modelos FFP2 y FFP3 son “no reutilizables” y por tanto los fabricantes no ofrecen a los usuarios métodos de descontaminación para su reutilización.
Aunque la recomendación siempre debe ser desechar las mascarillas tras su uso, en una situación de emergencia por desabastecimiento, disponer de un protocolo de descontaminación que no perjudique la capacidad de filtración permitiendo nuevos usos es de gran interés.
El método de descontaminación térmica en bolsa individual
Los principales motivos por los que nos centramos en estudiar un tratamiento térmico frente a otras muchas alternativas fueron los siguientes:
• Disponibilidad de auto-claves en centros hospitalarios. La puesta en marcha del método podría ser rápida sin necesidad de adquirir nuevos equipos y aprender a usarlos.
• Alta eficacia destructiva frente al coronavirus y en todas las zonas de la mascarilla.
• Mantenimiento de la eficacia filtrante y funcionalidad de la mascarilla, en base a estudios previos.
• Amplia experiencia y equipamiento disponible en AINIA para estudiar la eficacia de higienización de alimentos mediante tratamientos térmicos.
Por otro lado, seleccionamos una bolsa de aluminio para aplicar el método por sus características:
• Este material es barrera al vapor de agua evitando condensaciones y eventual pérdida de fijación electrostática en algunos modelos, y por tanto, de su eficiencia filtrante.
• Son aptos para esterilización. Resisten el tratamiento térmico.
• Son bolsas estándar ampliamente disponibles en el mercado a bajo coste.
• Disponibles en formato individual con autocierre zipper y fácilmente identificables para facilitar su reutilización unipersonal.
El protocolo de descontaminación térmica evaluado consiste en 3 pasos:
El estudio ha comprobado que el tratamiento térmico es eficaz para destruir E.coli inoculado en una mascarilla filtrante FFP2 e introducido en una bolsa de aluminio, con una reducción superior al 99,999% , por lo que el método sería también válido para eliminar Sars-Cov-2 en el caso de que este hubiera contaminado la mascarilla retenido por el filtro.
Además, el método de descontaminación no reduce la eficiencia filtrante de las mascarillas que se mantendría siempre por encima del 95%, incluso tras tres ciclos de descontaminación, permitiendo una reutilización más segura. Se han realizado 29 test de filtración a distintos modelos de mascarillas y en distintas condiciones. Todas las mascarillas tratadas térmicamente (hasta 3 ciclos) mantuvieron una eficiencia de filtrado a 300nm similar a las mascarillas sin tratar (entre un 99,8%-99,9%).
El estudio se ha realizado en colaboración con profesionales sanitarios del Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent, gracias a la mediación de FISABIO. La aplicación práctica del método y la usabilidad de las mascarillas tras el tratamiento han sido evaluadoas positivamente por su parte.
Sin lugar a dudas, un claro ejemplo de cooperación entre profesionales sanitarios y técnicos especializados en tratamientos térmicos con un objetivo en común, encontrar una solución práctica ante la problemática de desabastecimiento de mascarillas filtrantes.
Los próximos pasos son colaborar con la industria y otros organismos sanitarios para la implantación del protocolo.
Esta iniciativa ha sido financiada por el IVACE (Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial) en el marco del convenio de colaboración con AINIA para desarrollar actividades de I+D+i que sean transferibles al tejido industrial.