Hace apenas dos años, distintos informes ponían de manifiesto la desconfianza que sentían los consumidores a la hora de comprar productos frescos por internet. Apenas se inclinaban por ellos en contraposición a los productos perecederos. En este sentido, la venta online de productos de alimentación ha ido, muy poquito a poco, ganando adeptos en nuestro país. El E-commerce continúa en ascenso; especialmente como consecuencia del escenario actual consolidándose como canal de venta. La crisis sanitaria ha favorecido que la tendencia vaya en aumento. La compra online es una realidad pero, ¿qué está pasando con la alimentación fresca?, ¿va a haber un cambio de paradigma tras esta crisis del COVID-19?
Según datos del Informe de Consumo Alimentario en España del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, publicado el pasado año, el consumo per cápita dentro del hogar, a cierre de año 2018, supuso una cantidad media aproximada de 629,69 kg-l ingeridos por persona y año. Los alimentos que suponen un mayor volumen de dicho consumo son las frutas, con un consumo per cápita de 90,5 kg por persona y año. Les siguen las verduras, patatas y hortalizas, con 85,1 kg por persona anuales, y en tercer lugar la leche con 69,8 kg/persona/año. La alimentación fresca representa, por tanto, un volumen importante en la cesta de compra de los consumidores ya que supone el 39,5% del peso total de alimentación.
Importancia canales de compra según tipo de alimentación
La alimentación online supone un porcentaje muy bajo de todo el comercio digital en España. La venta online tiene una participación en volumen del 1,3% sobre el total de alimentación, variando este porcentaje del 0,6% de cuota en el caso de alimentación fresca y del 1,8% en el caso del resto de alimentación. Se evidencia así que, la venta online de los productos de alimentación no perecederos triplica la venta de los alimentos frescos.
Los principales canales para la compra de alimentos frescos en los hogares españoles son el supermercado y la tienda tradicional que asumen el 37% y 31% del volumen, respectivamente.
Para la alimentación fresca los consumidores prefieren frecuentar el comercio especializado y los supermercados porque pueden elegir los productos directamente de los lineales, seleccionar la cantidad necesaria, elegir en función de la frescura, madurez, fechas de caducidad, etc. Es por ello que, hay una gran barrera para las empresas que producen alimentos perecederos de poder vender sus productos online, por un lado, es una barrera física por parte de las empresas que supone mejorar y optimizar los procesos distribución de los productos hasta los hogares y por otro lado es la barrera psicológica de los consumidores para perder ese miedo de “a ver qué me llega, cómo y cuándo”.
Evolución venta online de alimentos
El E-commerce sigue avanzando como canal emergente para la compra de alimentación y bebidas; puede considerarse un canal que tiene aún un alto potencial de desarrollo, teniendo en cuenta además su baja participación dentro de los productos frescos (sólo un 0,6% de cuota en volumen). De hecho, en 2018 el canal online experimentó un crecimiento muy superior al resto de canales tradicionales.
La adaptación de las páginas web de la gran distribución y la existencia de plataformas que se dedican solo al comercio online de productos de alimentación ‘pure players’ tipo Ulabox, Deliberry, Lola Market, Soysuper… están contribuyendo a este crecimiento del canal online en alimentación. Si bien es cierto que, entre estas dos formas de hacer la compra online de alimentos y bebidas, los consumidores se decantan por las páginas web de los supermercados tradicionales ya que, entre otros factores, tienen mayor accesibilidad y distribución que los ‘pure players‘ ya que, muchos de ellos, sólo están disponibles en las grandes ciudades y no llegan a muchas poblaciones.
Los alimentos frescos son un freno en este crecimiento online. Son productos que se compran con mayor asiduidad que los no perecederos y además requieren un “control visual” por parte del consumidor que garantice que el producto tenga calidad y se encuentre en buen estado. Ese control no es posible realizarlo por los medios online por lo que es una de las desventajas a las que nos enfrentamos y que generan inseguridad y desconfianza en el consumidor.
Además, el comercio online no llega a todos los grupos de la población, está sesgado según la edad, nivel socio-económico, nivel de estudios, lugar de residencia (rural/urbano) por lo que se presentan como frenos adicionales a la compra de alimentos frescos online, así como el hecho de tener que pagar unos gastos de envío.
COVID-19, un antes y un después en el e-commerce de alimentos
Pero, ¿qué ha pasado en estas últimas semanas? Es evidente que algo ha cambiado en lo que se refiere a los hábitos de compra de alimentos, incluídos los frescos. Las plataformas online se han visto desbordadas y se ha visto forzado un impulso a la venta online de alimentos.
Se está rompiendo esa barrera del miedo y los consumidores empezamos a ser más conscientes de las ventajas que supone el E-commerce como la comodidad, el ahorro de tiempo o la gran oferta de productos.
Quizás ahora es el momento en el que la compra de frescos online se va a desmarcar, -las ventas de productos frescos como la carne se han multiplicado incluso por cuatro-, y no solo por la gran distribución o los ‘pure players’, si no por los pequeños comercios que se han visto obligados por esta crisis a innovar y a hacer llegar a los hogares de los consumidores los productos frescos por la imposibilidad de poder salir a comprarlos.
Este momento de excepcionalidad ha forzado a experimentar una nueva forma de compra y queda por saber si, en un futuro cercano, el comportamiento del consumidor volverá a la compra física tradicional de alimentos frescos o si, por el contrario, se quedará con la compra online. Desde AINIA Consumer contamos con las herramientas necesarias para entender cómo los consumidores han vivido este proceso, cuáles son las claves positivas y negativas de la experiencia que han tenido en el proceso de compra online de alimentos frescos, qué consumidores seguirán realizando sus compras en este canal online o qué consumidores volverán al canal tradicional.