Envases alimentarios: ¿Cómo podemos saber si el uso que estamos haciendo de un envase es el adecuado? ¿Qué distintivo debe llevar un envase para saber si es seguro en contacto con los alimentos que contiene? ¿Son válidos todos los recipientes para conservar o cocinar? ¿Vale todo para microondas, lavavajillas o congelador? Los mismos envases nos lo cuentan, pero ¿sabemos entenderlos?
Infinidad de dudas nos asaltan ante cualquiera de estos pequeños gestos domésticos de cada día. El programa “Alimento y salud” de Radio 5 ha entrevistado a Jose Ángel Garde, técnico de AINIA para dar algunas de las claves que nos ayudan a reconocer cuándo estamos ante un envase seguro.
5 conclusiones acerca del envase alimentario seguro
1.¿Cómo saber que estamos ante un envase seguro? Debemos fijarnos si el envase dispone del anagrama de un copa y un tenedor, que es el distintivo de la Unión Europea para indicar que es apto para el uso alimentario. En algunos casos no lo llevan, a pesar de contener alimentos. La empresa alimentaria debe exigirles a sus proveedores de envases que incorporen el anagrama.
2.Debemos poner especial atención en el menaje de cocina: jarras, vasos, bandejas, platos, cubiertos… Todos han de llevar este anagrama.
3.En los materiales plásticos hay diferentes familias y todas pueden tener diferentes aplicaciones, con sus restricciones y sus recomendaciones. En la base del envase se indican también sus usos mediante símbolos inequívocos cuando es apto para el lavavajillas, microondas o congelador.
4. No se pueden usar los envases de una forma indiscriminada: Si estos van a estar en contacto con los alimentos, hemos de asegurarnos que seguimos las recomendaciones del fabricante para su uso, bien observando la base o el embalaje de cuando lo adquirimos. Si el uso es esporádico, una o dos veces no pasa nada, el peligro viene a partir de la exposición reiterada o crónica del alimento en contacto con un envase cuyo material no es el adecuado, pues éste podría estar migrando sustancias tóxicas al alimento.
5. En el caso de los platos preparados, podemos estar tranquilos porque el fabricante ya se ha cerciorado de que el envase cumple los requisitos de seguridad alimentaria en las condiciones indicadas en el mismo envase, por eso también hemos de seguir las recomendaciones de uso.
En definitiva, seguir las instrucciones del envasador, utilizar recipientes de almacenamiento doméstico adecuados y seguir las normas de aplicación del fabricante garantiza la inocuidad del envase.
¿Cómo se analizan los envases?
En los laboratorios de AINIA se analizan las transferencias de sustancias del material al envase. Para ello, se realizan los análisis químicos necesarios que permiten detectar posibles migraciones del envase al alimento y verificar si cumple con los requerimientos que marca la normativa. Estos estudios son específicos a sectores concretos y se realizan a medida, considerando las variables que afectan al proceso: alimento, tiempo y temperatura.
Los materiales han de cumplir el principio básico establecido en el Reglamento Marco, por eso, en AINIA Consumer se ocupan de evaluar la idoneidad de los materiales de envasado, mediante el diseño de estudios a medida y adoptando las directrices de la normativa. Con ello se garantiza dar respuesta a la legislación y asegurar que los consumidores no rechazarán determinados productos debido a la aparición de olores o sabores anómalos en los alimentos.
Por otra parte, como consumidores, debemos saber qué se les exige a las empresas para garantizar que lo que comemos es seguro. Los materiales tendrían que estar elaborados de conformidad con las buenas prácticas de fabricación para que, en las condiciones normales o previsibles de su empleo, no transfieran sus componentes o sustancias a los alimentos en cantidades que puedan representar un peligro para la salud humana, provocar una alteración de las características organolépticas o una modificación inaceptable en la composición de los alimentos.
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