Alargar la vida útil de los alimentos en post de la seguridad y calidad alimentaria es uno de los aspectos que más preocupa a la industria. Los consumidores quieren que los alimentos se mantengan en buenas condiciones más tiempo y por eso las investigaciones de Universidades y Centros tecnológicos trabajan para aportar soluciones más saludables y sostenibles con el Medio Ambiente.
Un ejemplo de estos avances es el desarrollo de un biomaterial a partir de una proteína del suero de la leche que ha desarrollado un equipo de investigadores -financiado con fondos europeos- para producir películas multifuncionales a escala industrial. Este proyecto centrado en el recubrimiento de películas plásticas con estas proteínas séricas reemplaza en cierta forma los polímeros y mejora así su capacidad de reciclaje, según CORDIS (Servicio de Información en I+D Comunitario).
Foto: film biodegradable comestible desarrollado en ainia
Biomateriales: sostenibles y respetuosos con el medio ambiente
Por eso, es importante destacar el papel que están adquiriendo los biomateriales en materia de conservación. Son respetuosos con el medio ambiente y mucho más sostenibles que los envases convencionales producidos con derivados del petróleo. En este sentido, para el desarrollo de biomateriales de envasado se aprovechan los residuos de la industria alimentaria y al mismo tiempo, nos permitan proteger los alimentos de los factores externos que hacen que se degraden tanto las propiedades físicas como las químicas.
Estos materiales biodegradables pueden emplearse directamente sobre el producto o como una capa más de envase, su uso varía en función de las características de las sustancias consideradas en el desarrollo del biomaterial, de manera que confiere unas propiedades u otras (mejora la barrera al oxígeno, impide migraciones…). En el caso de la aplicación sobre el producto, las envolturas son comestibles. En los envases, los materiales mejoran las propiedades barrera contra el oxígeno.
Experiencia de ainia en recubrimientos comestibles
ainia lleva años trabajando en el desarrollo de envolturas biodegradables y su aplicación en planta piloto. Los recubrimientos comestibles se definen como productos comestibles que forman una fina capa sobre el alimento, aunque también se pueden emplear como coating de materiales de envase como el polietileno ó el PLA (ácido poliláctico). Constituyen una barrera semipermeable a los gases y al vapor de agua, mejora las propiedades mecánicas, ayudan a retener compuestos volátiles y también pueden actuar de vehículo de aditivos alimentarios, desarrollando envases activos (antimicrobianos, antioxidantes, aromatizantes, etc).
Por otra parte, el uso de recubrimientos comestibles como vía de mejora de las propiedades de los envases es una de las líneas de trabajo de ainia. Pudiendo obtener la materia prima para el desarrollo de estos materiales a partir de subproductos de la industria alimentaria, como es el caso de la proteína de suero láctica ó proteínas de origen cárnico.
Cuando hablamos de recubrimientos comestibles con capacidad de biodegradación se refiere a un grupo de compuestos que pueden ser de varios tipos:
- Hidrocoloides: Dentro de este grupo tendríamos los carbohidratos incluyendo almidones, celulosas y derivados, gomas y proteínas. Estos son capaces de proporcionar una buena barrera al oxígeno.
- Lípidos: Dentro de este grupo estarían las ceras y los ácidos grasos. Los lípidos y las resinas, por su naturaleza hidrofobica, ejercen una buena barrera al vapor de agua.
- Composite ó compuestos: Se formulan generalmente a partir de hidrocoloides (polisacáridos y proteínas), que constituyen la matriz estructural y la barrera a gases, y lípidos que aportan la resistencia al vapor. Son este último grupo los más interesantes por sus múltiples propiedades.
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