Sonia Porta.- La EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) y el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades) han publicado un informe en el que Salmonella y Campylobacter muestran niveles significativos de resistencia a los antimicrobianos (antibióticos) comunes en seres humanos y animales. Desde diferentes organizaciones y empresas se están intensificando los niveles de control analítico en productos cárnicos y avícolas para garantizar la seguridad alimentaria. Estas son algunas de las conclusiones del informe.
Recientemente la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) ha publicado conjuntamente con el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades) un informe sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM) en bacterias zoonóticas, como son Salmonella y Campylobacter, que analiza los datos de 2013.
Entre las conclusiones destacan que las cepas de Salmonella resistentes a múltiples fármacos siguen extendiéndose por toda Europa y se ha detectado en varios Estados miembros una elevada resistencia a la ciprofloxacina, antibiótico habitual en animales, en Campylobacter aislados de seres humanos y animales.
Se ha detectado resistencia a antimicrobianos de uso común en humanos y animales (especialmente en pollos de engorde, cerdos y ganado vacuno) por parte de Salmonella y Campylobacter La resistencia a la ciprofloxacina, un antibiótico de importancia crítica, fue particularmente alto en aislados humanos (lo que significa que se reducen las opciones de tratamiento para las infecciones graves debidas a estas bacterias zoonóticas).
Más información en el informe publicado por la EFSA: “Salmonella and Campylobacter show significant levels of resistance to common antimicrobials in humans and animals”
¿Qué se está haciendo para garantizar la seguridad alimentaria en el sector cárnico y avícola?
Según los datos recogidos por el RASFF (Red de Alerta Rápida de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) en 2014, el mayor número de notificaciones en el sector avícola están relacionados con Salmonella y Campylobacter.
Desde numerosas organizaciones y empresas a nivel mundial se está trabajando para garantizar la seguridad alimentaria en este sector a través de la realización de controles analíticos y otros sistemas de gestión de la seguridad alimentaria.
Estrategia integral de control:
1. Prevención de la contaminación
2. Control de productos
3. Destrucción de patógenos.
Para garantizar la seguridad alimentaria proponemos una estrategia integral de control, que integre los siguientes 3 puntos: prevención de la contaminación, control de productos y destrucción de patógenos.
1. Prevención de la contaminación: Es necesaria la identificación del origen y localización de la contaminación por Salmonella y Campylobacter en las plantas de producción y procesado, mediante técnicas de diagnóstico rápido y efectivo de la contaminación en instalaciones.
Una de las estrategias actuales más efectivas es el desarrollo de biosensores específicos para detectar de forma rápida estos patógenos alimentarios.
En AINIA, hemos participado en un proyecto europeo en el que hemos desarrollado un método rápido para la detección de Listeria monocytogenes en superficies en contacto con alimentos.
2. Control de productos: Es imprescindible el establecimiento de planes de control analítico de productos cárnicos. La utilización de técnicas más sensibles y rápidas para la detección específica de Salmonella y Campylobacter, reducen considerablemente el tiempo de obtención de resultados, permitiendo la liberación segura de productos.
En AINIA contamos con los servicios analíticos necesarios para apoyar a las empresas en el control de estos microorganismos de riesgo. Nuestros laboratorios realizan para el sector avícola la tipificación de los serotipos Enteritidis y Typhimurium de Salmonella y la detección y cuantificación de Campylobacter.
En este artículo hablamos de las técnicas de identificación rápidas para la detección de Salmonella Enteritidis y Typhimurium.
3. Destrucción de patógenos: Es necesario investigar en el desarrollo de tecnologías de inactivación microbiana tanto en productos como superficies en contacto con alimentos, entre las que se encuentra la aplicación de ozono, radiación UV, altas presiones o tecnologías más noveles y específicas como la aplicación de fagos.
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