Conseguir un sistema alimentario sostenible, es quizás el reto más importante al que se están enfrentando y afrontarán en un futuro cercano todas las empresas alimentarias. Nuevos requisitos y obligaciones relacionadas con la nueva legislación que se está desarrollando derivada de las estrategias comunitarias, metodologías y técnicas para la mejora de la sostenibilidad son algunos de los temas en los que van a trabajar las empresas y que abordaremos en el curso sobre sostenibilidad en la cadena de producción de alimentos que se celebrará en AINIA los días 5 y 6 abril, ¿quieres saber más?
Sistema Alimentario Sostenible, es «aquel que garantiza la seguridad alimentaria y la nutrición de todas las personas de tal forma que no se pongan en riesgo las bases económicas, sociales y ambientales de estas para las futuras generaciones».
Y cuando se habla de producción sostenible, se hace en el más amplio sentido de la palabra, incluyendo no sólo la componente medioambiental (reducción GEI, preservación de la biodiversidad, reducción de la contaminación, preservación de recursos no renovables, etc.) sino incluyendo también las componentes económica y social de la sostenibilidad (equidad, redistribución, integración, etc.).
Estrategia «de la granja a la mesa», elemento esencial del Pacto Verde (Green Deal)
Con la aprobación de la estrategia «de la granja a la mesa», la Comisión Europea ha apostado de forma decidida por desarrollar en la UE un sistema alimentario seguro y sostenible ambientalmente, que sea capaz de garantizar a los ciudadanos el acceso a un suministro suficiente de alimentos a precios asequibles. Esta estrategia es un elemento esencial del Pacto Verde (Green Deal) con el que la UE que pretende conseguir la neutralidad de carbono en Europa para el año 2050, la protección de la biodiversidad y contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
La nueva legislación que se está desarrollando derivada de estas estrategias comunitarias supone un gran cambio para las empresas alimentarias, en cuanto a que introduce requisitos muy exigentes y nuevas obligaciones relacionadas con la mejora, la gobernanza y la comunicación del desempeño en todos los ámbitos de la sostenibilidad (evaluación sostenibilidad, informes no financieros, ecoetiquetado, taxonomía, transparencia, etc.).
Escenario legal: Más allá de los envases y residuos de envases
Desde el punto de vista legal, hemos de tener presente que estos momentos en España y la UE no contamos con una legislación “ad hoc”. La aproximación mayoritaria se está dando a través de la regulación sobre envases y residuos de envases, es revelador en este sentido el texto de la exposición de motivos del proyecto de ley de residuos:
«La Ley tiene por objeto sentar los principios de la economía circular a través de la legislación básica en materia de residuos, así como contribuir a la lucha contra el cambio climático y proteger el medio marino. Se contribuye así al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos en la Agenda 2030 y en particular a los objetivos 12 —producción y consumo sostenibles—, 13 —acción por el clima— y 14 —vida submarina—. Asimismo, en el ámbito de su contribución a la lucha contra el cambio climático, esta Ley es coherente con la planificación en materia de energía y clima».
Nuevos requisitos que tendrán que cumplir los operadores alimentarios:
- Cuantificación del desempeño en sostenibilidad: Análisis de la sostenibilidad medioambiental
- Obligación y estandarización de la comunicación del desempeño en sostenibilidad: Mayor transparencia
Cuantificación del desempeño en sostenibilidad: Análisis de la sostenibilidad medioambiental
Entre los nuevos requisitos que tendrán que cumplir los operadores alimentarios está la cuantificación del desempeño en sostenibilidad mediante el uso de indicadores ambientales, económicos y sociales basados en metodologías estandarizadas.
Una de las metodologías más extendidas para el análisis de la sostenibilidad medioambiental de productos y servicios es el análisis de ciclo de vida (ACV), que conduce a la obtención de indicadores con los que las empresas pueden determinar sus objetivos y metas de mejora, así como verificar y comunicar los resultados obtenidos al poner en práctica planes de mejora. En un ACV se consideran todos los procesos importantes del ciclo de vida de los productos, actividades o servicios, que van desde la adquisición de materias primas hasta la producción, uso y eliminación final del producto. Ejemplos de estos indicadores son la huella de carbono, huela hídrica, o la huella ambiental. Utilizando esta misma metodología de análisis del ciclo de vida, se puede analizar las otras dos componentes de la sostenibilidad, la social (s-ACV) y la económica (ACC).
Obligación y estandarización de la comunicación del desempeño en sostenibilidad: Mayor transparencia
Por otra parte, también se está desarrollando la nueva legislación relacionada con la obligación y la estandarización de la comunicación del desempeño en sostenibilidad de las empresas de forma que se dé respuesta a la creciente demanda de los consumidores y otros grupos de interés (proveedores, clientes, inversionistas, bancos, administraciones públicas, sociedad civil, etc.) de una mayor transparencia sobre las implicaciones sanitarias, medioambientales y éticas de los alimentos que se ponen en el mercado.
Con independencia del nuevo escenario legal, la mejora de la sostenibilidad, especialmente la ambiental, es una forma de mejora de productividad, competitividad e imagen corporativa para las empresas.
Los sistemas circulares, clave para conseguir una mejora de la sostenibilidad de las cadenas de producción de alimentos
La reconversión de los actuales sistemas “lineales” de producción de alimentos basados en el consumo continuado de recursos naturales no renovables y la generación de un impacto insostenible sobre el medio ambiente en sistemas circulares que hagan un uso más eficiente de los recursos, fomentando su reutilización y evitando el impacto que genera su vertido al medio, es clave para conseguir una mejora de la sostenibilidad de las cadenas de producción de alimentos.
El concepto de circularidad se basa en tres principios fundamentales:
- la preservación de las fuentes de materias primas no renovables
- el reciclado de los materiales y de los productos manteniéndolos el máximo tiempo posible en el sistema (es decir, incrementando su vida útil)
- la minimización del impacto sobre el entorno
La circularidad del sistema productivo busca también la transformación de las cadenas de valor hacia la neutralidad climática y la competitividad a largo plazo, aprovechando las posibilidades de reciclaje/reutilización de los materiales y la energía dentro de la misma cadena de valor o de simbiosis con otras cadenas.
Hacia una economía circular: La participación de todos los agentes implicados
La transformación del modelo productivo hacia una economía circular y, en particular en una cadena de valor tan relevante como la agroalimentaria, requiere de la participación de todos los agentes implicados: sector primario, industrias agroalimentarias, transporte, distribución, consumidores e incluso los propios gestores de los residuos generados a lo largo de la cadena.
Las administraciones públicas y los organismos de investigación también deben contribuir a este cambio de modelo productivo, apoyando a las empresas en el desarrollo de actividades de I+D+i que propongan y validen nuevos modelos de negocio basados en el concepto de Economía Circular.
5 y 6 de abril: Curso Sostenibilidad en la cadena de producción de alimentos
Todos estos conceptos se discutirán con detalle en el “Curso de Sostenibilidad en la cadena de producción de alimentos: Necesidad y Oportunidad de Innovar a través de la Sostenibilidad” que se celebrará en AINIA los días 5 y 6 de abril.
Una oportunidad para obtener de primera mano una visión de:
- Las políticas europeas (Agenda 2030) y los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y conocer sus implicaciones para las empresas agroalimentarias: retos y oportunidades.
- La metodología del análisis del ciclo de vida y su aplicación para el cálculo de indicadores ambientales y sociales: huella de carbono, huella hídrica, huella de producto, s-ACV, etc.
Así como para conocer las mejores técnicas disponibles para la mejora de la gestión del agua, la energía y los residuos/subproductos, las técnicas para la mejora de la sostenibilidad relacionada con los envases y la distribución de alimentos y las nuevas materias primas para la elaboración de alimentos y diseño de alimentos más sostenibles.
Y, adquirir el conocimiento para evaluar posibilidades de definición de planes de acción corporativa en materia de cambio climático, recursos hídricos, reciclabilidad de residuos, eficiencia energética y renovables, o sostenibilidad general. Así como, crear estrategias para reorientar las cadenas alimentarias hacia una economía circular y, poder realizar una comunicación de la sostenibilidad y sus indicadores no financieros dentro y fuera de la compañía.
Si te interesa, inscríbete en este enlace: “Curso de Sostenibilidad en la cadena de producción de alimentos: Necesidad y Oportunidad de Innovar a través de la Sostenibilidad”.
