La escasez de agua dada la meteorología histórica y el escenario actual de cambio climático podrían convertirse en factores limitantes en el desarrollo económico futuro del regadío mediterráneo. Por ello, se han puesto en marcha diversas iniciativas para generar un mayor conocimiento sobre la respuesta de las plantas al estrés relacionado con dichas condiciones y poder poner en marcha técnicas de riego adaptadas a la sequía a la que nos enfrentamos. Una de estas iniciativas es Digital Riego, un proyecto que coordina el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CSIC-CIDE) y, en el que participamos desde AINIA. Te lo contamos.
En línea con las acciones claves que respalda la Agenda 2030 y los Sustainable Development Goals (SDG) de la ONU, arranca el trabajo en Digital Riego, un proyecto con un objetivo fijado: modernizar el regadío valenciano haciendo frente al reto que supone el uso de recursos hídricos en regiones áridas y semiáridas como el Mediterráneo. Con un equipo altamente cualificado coordinado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CSIC-CIDE) y en el que también participan investigadores del Grupo de Redes Hidráulicas y Sistemas a Presión (REDHISP) del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente), AINIA, ASDRON Spain, IVIA (Institut Valencià d’ Investigacions Agràries) y ANECOOP, se desarrollarán toda una serie de actividades para abordar la problemática sin perder de vista el fomento de una agricultura desde la sostenibilidad.
¿Cómo proponemos modernizar la agricultura de regadío?
Para este 2023 se plantea una estrategia de captación de datos intensa en los principales cultivos de la Comunidad Valenciana, como son la viña, cítricos, caqui, olivo, brócoli y sandía. Actualmente hay una gran variedad de metodologías novedosas para la estimación de estados y necesidades hídricas, pero también destaca una desagregación de las fuentes y ausencia de transferencia al usuario final. De este modo, el proyecto prioriza la compilación de toda la información en un sistema integral de toma de decisiones sobre riego en parcela que permita adaptar la programación según las necesidades particulares y la disponibilidad del recurso.
La potencia del proyecto se concentra en la simultaneidad de todas las fuentes de información disponibles. Tras un estudio de órbitas satelitales para la inclusión de la Teledetección, los vuelos de dron y pasadas con AGV han sido coordinados para la captación de datos en campo en el mismo instante en que el satélite se encuentre sobre la zona de estudio. Estos Golden days nos ofrecen la posibilidad de componer un set de datos robusto, con condiciones ambientales perfectamente parametrizadas, gracias a la información que será captada en las estaciones meteorológicas.
Este set de datos multisensor permitirá profundizar en la adecuación de los índices actualmente disponibles, así como en la propuesta de nuevos índices que se adapten a la escala y cobertura de estudio. También será el punto de partida en la generación de nuevos modelos para el cálculo de necesidades de riego, así como en la búsqueda de nuevas estrategias con el objetivo de mejorar la eficiencia del uso del agua, como es el riego deficitario.
Nos adaptamos al cambio climático
Más allá del impacto directo sobre los usuarios finales que supondrán los resultados del proyecto, también contribuirá a nivel medio ambiental y social, suponiendo una mejora en la calidad de vida, un menor consumo de agua y energía y la reducción en el uso de fertilizantes empleados para suplir necesidades relacionadas con el estrés hídrico.
Los recursos hídricos escasean en cantidad y calidad, poniendo en riesgo todo el sistema alimentario que se asienta sobre ellos. Una mejora en su gestión supondría un aumento en la disponibilidad del recurso para otros usos sociales y generaciones futuras, como también en una menor lixiviación de agua, disminuyendo la contaminación en zonas catalogadas como vulnerables al agua por nitritos, como el Parque Natural de la Albufera de Valencia.
Todas estas mejoras planteadas se desarrollarán siempre sin perder de vista el estado de sequía al que nos enfrentamos, pero buscando una agricultura más sostenible basada en una economía circular.