El sector de las bebidas alcohólicas se encuentra en constante evolución con respecto a las nuevas tendencias que reclama el consumidor. Los gustos, las preferencias y las costumbres van modificándose con el paso de los años. Estos cambios suponen un reto, ya que el consumidor final es cada vez más exigente y sabe lo que quiere. Estar al día de las nuevas tendencias da la oportunidad de descubrir nuevos nichos de mercado en los que identificar qué necesidades tiene el consumidor.
La preocupación por poder llevar un estilo de vida sano es uno de los puntos clave que cada vez más reclama el consumidor, que no solo se limita al cuidado del cuerpo con ejercicio y alimentación, sino que se ha convertido en una filosofía de vida. El perfil de estos nuevos consumidores son jóvenes, mucho más conscientes que las generaciones pasadas sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de alcohol. Son personas que se preocupan por el bienestar y la salud, tanto mental como física, y que no quieren caer en el exceso.
Un 37% de los jóvenes de 18 a 24 años está “a menudo influenciado” por cómo el producto afecta a su salud y bienestar al comprar una bebida alcohólica. Y un 34% de los consumidores de entre 25 a 34 años “siempre están influenciados” por la misma causa, según esta misma investigación (Encuesta de Consumidores del Reino Unido Q3 2018). Estas cifras respaldan el estudio que realizó Carlsberg que destacaba el papel clave que desempeñan los millennials para impulsar el crecimiento en el segmento de las bebidas sin alcohol.
Pero esto no significa que este nicho de consumidores desee renunciar al vermut o la cervecita del aperitivo después del trabajo o a un cóctel el sábado por la noche o a beber vino mientras degustan una comida. No, este consumidor exigente quiere seguir disfrutando del consumo social con productos de calidad que mantengan lo máximo posible las características sensoriales de la oferta tradicional.
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Cerveza sin alcohol o cerveza 0.0%
La primera cerveza sin alcohol fue creada en 1976 por la aragonesa Ambar. Desde entonces, el consumo de esta variedad no ha hecho más que subir, pero no fue hasta hace 10-15 años cuando el sector de la cerveza sin alcohol comenzó a crecer.
España es actualmente el país europeo con mayor consumo de cerveza sin alcohol, según Jacobo Olall, presidente de la Asociación de Cerveceros de España. Esta variedad representa el 15 % del consumo total de cerveza que beben los españoles, que se sitúa muy lejos de las cifras de otros países europeos como el Reino Unido (0,5%), Francia (1%), Holanda (3%) o Austria (4%).
En los últimos años la oferta en este sector ha aumentado (tostada, rubia, con limón…), con una mejor calidad en el aroma y sabor, siendo cada vez más similares a las cervezas estándares con alcohol.
El nicho de consumidores que ha favorecido este crecimiento es la demanda social de una parte de la población que desea seguir bebiendo cerveza, pero a la vez quiere conducir sin riesgos, mantener un estilo de vida saludable o no renunciar a su consumo durante el embarazo y la lactancia.
2. Vino sin alcohol o vino desalcoholizado
Los vinos desalcoholizados no son ninguna novedad: en España se elaboran desde hace 10 años. Si bien, su crecimiento y conocimiento no tienen nada que ver con el del sector de la cerveza sin alcohol, se puede considerar que el vino sin alcohol ha venido para quedarse entre nosotros, es ya una clara realidad. Cada vez más bodegas deciden elaborar este tipo de vino.
La venta de vino sin alcohol en España aún no llega al millón y medio de litros, pero las previsiones indican que en un par de años cubrirá el 1% de todo el vino. Y ello se debe a la creciente concienciación sobre la salud y bienestar del consumidor y la necesidad de disponer de alternativas, está posicionando al vino sin alcohol como una de las categorías de producto más grandes en el sector de las bebidas. Esta tendencia marcará el consumo global durante los próximos años, según un estudio elaborado por la agencia de marketing Fact.MR, que señala que este mercado alcanzará un valor de 10.000 millones de dólares (unos 9.260 millones de euros) hacia el 2027.
3. Mocktails o licores sin alcohol
Desde hace unos años comenzó a escucharse el término mocktail, que es la unión de las palabras inglesas mock (un término que podría traducirse por “burlarse” o “imitar”) y cocktail, que hacen referencia a los cócteles sin alcohol, siendo una alternativa perfecta a los cócteles tradicionales.
De nuevo la preocupación por la vida sana de los millenials y la necesidad de disponer de opciones sin alcohol de los de cócteles tradicionales, han sido los responsables de esta llamada por parte del consumidor. Pero los consumidores no quieren limitarse solo a poder tomar un coctel sin alcohol con zumos, el consumidor quiere una oferta de productos que mantengan los sabores propios de las bebidas alcohólicas, más amargas y aromáticas.
La industria de las bebidas alcohólicas está atravesando un momento de crecimiento e innovación sin precedentes, ganando la atención y el impulso de los fabricantes de bebidas para producir nuevas alternativas sin alcohol premium sin comprometer la autenticidad, la calidad y la exclusividad. Cada vez son más las marcas que están apostando por bebidas sin alcohol que emulan el sabor de cócteles y destilados, manteniendo los sabores propios de las bebidas alcohólicas.
Los nuevos retos a los que se enfrentan las empresas de las bebidas alcohólicas necesitan de herramientas de investigación sensorial que permitan comprender cuales son las necesidades de este nicho de consumidores que se encuentra en constante crecimiento.
En AINIA CONSUMER realizamos estudios de consumidores para identificar qué necesidades reclama este público e investigar la satisfacción y preferencia de estos nuevos productos a partir de sus propios gustos.