La transición hacia la economía circular en la UE va más despacio de lo esperado

Los trabajos del Tribunal de Cuentas Europeo reflejan que la transición de los Estados miembros hacia una economía circular se está llevando a cabo con demasiada lentitud, tal y como se expone en el Informe especial 17/2023: Economía circular – Transición lenta de los Estados miembros a pesar de la acción de la UE.

El análisis que se ha presentado parte del concepto de «economía circular» entendido como la conservación del valor de los productos, materiales y recursos durante el mayor tiempo posible y minimizar los residuos. Partiendo de ese concepto, el objetivo primordial es evitar el esquema basado en «extraer, fabricar y tirar», no sólo evitarlo sino también lograr que aporte beneficios tanto a los consumidores como a las empresas. Los consumidores pueden disponer de productos que duran más o son más fáciles de reparar, actualizar, volver a fabricar, reutilizar o reciclar y las empresas, tienen ventajas potenciales, como una mayor eficiencia en el uso de los recursos y una menor exposición a la volatilidad de los precios.

En este planteamiento teórico-práctico para todo el ciclo de vida del producto el «diseño circular» es un elemento crítico para el buen desarrollo de la economía circular. Tal y como se indica en el Plan de acción de la Comisión para la economía circular: «La economía circular comienza desde el principio mismo de la vida de un producto. Tanto la fase de diseño como los procesos de producción tienen un impacto sobre la obtención, la utilización de los recursos y la generación de residuos a lo largo de la vida de un producto».

Fuente: Tribunal de Cuentas Europeo, a partir del documento de la Comisión «Cohesion policy support for the circular economy», junio de 2016, y de la Directiva marco sobre los residuos.

La consecución de una economía circular real pasa por el abordaje de todos los eslabones y su rediseño en función de los principios de la economía circular. En la actualidad el proceso todavía es muy lento a pesar de los esfuerzos de la UE, tanto en políticas de apoyo como a través de medidas legislativas.

¿Cómo se está regulando? 

En las últimas décadas la UE trabaja en esta materia, recordemos que en 2010 se adoptó la estrategia de la Comisión para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador que incluyó la prioridad de la «promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos, que sea más verde y competitiva».

Como decíamos desde hace casi quince años estamos tratando de progresar en la economía circular y en los últimos años las medidas legislativas asociadas se han incrementado, algunos ejemplos de ello podemos verlos en las siguientes medidas que impactan en el diseño circular de los productos:

• Directiva sobre restricciones a la utilización de determinadas sustancias peligrosas, de 2015;
• Directiva relativa a los envases y residuos de envases, de 2018, y
• Directiva relativa a los plásticos de un solo uso, de 2019.

En el ámbito de las iniciativas legales de la UE hemos de tener en cuenta que desde 2020 la Comisión ha comenzado a incorporar sistemáticamente los requisitos de sostenibilidad para los productos y el diseño de producción circulares, algunos ejemplos en los podemos ver en estas propuestas legislativas:

• propuesta sobre una política de productos sostenibles
• en el marco de la iniciativa sobre la electrónica circular
• una propuesta de revisión de la Directiva sobre emisiones industriales, incluida la integración de las prácticas de la economía circular

¿Dónde estamos?

Nos encontramos demasiado lejos del objetivo marcado por la UE para lograr una economía circular, no se trata de una afirmación subjetiva ya que podemos evaluar la situación en función de las tasas de circularidad que presentan los distintos Estados miembros en el período 2015 – 2021.

Fuente: Tribunal de Cuentas Europeo, a partir de Eurostat circular material use rate y Generation of waste.

Algunos de los países con más peso específico en la economía de la eurozona no salen muy bien parados y están en la parte media-baja de la clasificación, son muy significativos los datos de Alemania y España, sin olvidar a Francia. Por otra parte, todavía más grave es que se haya producido un retroceso en la circularidad en el caso de Finlandia, Suecia o Dinamarca.

Es necesario aprovechar mejor los recursos que la UE pone a disposición de la sociedad en su conjunto para desarrollar más proyectos centrados en el diseño circular, ya que se ha identificado un importante déficit en el empleo de los fondos de la UE para el diseño circular. Ante esta situación la Comisión debe analizar por qué la financiación de la UE, tanto en régimen de gestión compartida como directa, no ha dado lugar a más proyectos centrados en el diseño circular. En su análisis, debería considerar la posibilidad de ofrecer más incentivos para el desarrollo de proyectos centrados en el diseño circular de productos.

Desde AINIA os mantendremos informados de la evolución de los distintos proyectos legislativos con impacto en el ámbito de la economía circular y si necesitas un asesoramiento legal o técnico, en AINIA podemos ayudarte a través de nuestro equipo de especialistas en el ámbito jurídico alimentario y expertos en el ecodiseño de productos. También puedes comentar este artículo en el grupo de legislación alimentaria en LinkedIn.