Garantiza la seguridad alimentaria y la adecuación legal de tus productos
Las toxinas naturales son compuestos tóxicos producidos de forma natural por organismos vivos, por tanto, no son perjudiciales para los organismos que las producen, pero sí pueden serlo para los animales o las personas cuando las ingerimos a través de los alimentos. Las toxinas naturales tienen diversas estructuras químicas y, por tanto, difieren unas de otras en su función biológica y en su grado de toxicidad.
Dentro de nuestro porfolio de servicios destacamos:
- Micotoxinas
- Toxinas de las plantas: Alcaloides tropánicos y pirrolizidínicos
- Otras toxinas: Toxina cereulida
Las micotoxinas son compuestos químicos producidos de forma natural (no antropogénicos) en el metabolismo secundario de algunos géneros de hongos. Las más importantes son las toxinas producidas por mohos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium.
Algunos alimentos sin procesar susceptibles de la contaminación por micotoxinas y que contribuyen a la exposición a micotoxinas son: los cereales, las semillas oleaginosas, frutas, verduras, frutos secos, frutas desecadas, habas de café, habas de cacao y especias.
En cuanto a los alimentos procesados, debido a que no se destruyen durante esta etapa, pueden ser fuentes de exposición a micotoxinas los productos a base de cereales (pan, pasta, cereales de desayuno, etc.), las bebidas (vino, café, cacao, cerveza, zumos), los alimentos de origen animal (leche, queso y algunos productos cárnicos) , así como productos de alimentación infantil.
Los alcaloides tropánicos son metabolitos secundarios que se producen naturalmente en las plantas de varias familias, especialmente del género Datura. Las semillas de Datura stramonium no pueden eliminarse con facilidad del sorgo, el mijo y el alforfón mediante selección y limpieza, por lo que estos tres cereales y sus productos derivados, así como los alimentos elaborados a base de cereales que los contienen, pueden presentar contaminación por alcaloides tropánicos.
Los alcaloides de la pirrolicidina (PAs) son toxinas naturales, producto del metabolismo secundario de las plantas que producen como mecanismo de defensa frente a herbívoros. Se han encontrado contenidos de PAs variables desde un nivel traza hasta un 19% del peso en seco de la planta. Los PAs tiene un perfil común de toxicidad, comprendiendo los principales signos diversos grados de daño hepático (necrosis hepatocelular centrolobular) y enfermedad veno-oclusiva. Además, el Centro de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado los PAs como “posiblemente carcinógenos para el ser humano” (grupo 2B).
La legislación europea regula la presencia de estas sustancias (micotoxinas, alcaloides tropánicos y PAs) en los alimentos, por lo que el control de estas sustancias se hace imprescindible para garantizar el cumplimiento legal y la seguridad alimentaria de los productos que pudieran contenerlos.
La presencia de la toxina cereulida o emética constituye también un peligro desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. En este caso se trata de una toxina producida por una bacteria, en concreto Bacillus cereus. Se trata de una toxina termoestable que no puede destruirse con tratamientos térmicos estándar. La producción de la toxina ocurre durante la fase estacionaria del crecimiento del microorganismo, y se acumula en el alimento a medida que transcurre el tiempo. La intoxicación emética, debida a la ingesta de la toxina formada en el alimento, se caracteriza por náuseas agudas y vómitos.